Pedro Fuentes entrevista a Mónica Baltodano
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Pedro Fuentes entrevista a Mónica Baltodano

El dirigente internacional Pedro Fuentes, de MES/PSOL, entrevista a Mónica Baltodano, histórica comandante guerrillera de la Revolución Sandinista nicaragüense, durante su reciente viaje a Brasil.

Mónica Baltodano e Pedro Fuentes 27 abr 2023, 14:53

Entrevista realizada el 17 de abril de 2023, en Río de Janeiro.

Pedro Fuentes: Muy bien, empezamos. Bueno, Mónica, nos encanta llamarte comandante. Porque nos trae de nuevo el auge revolucionario. Pensamos que fue la última gran revolución que tuvimos en Latinoamérica, la sandinista en 1979. De allá para acá tuvimos procesos revolucionarios, pero no de la intensidad, de la valentía, del carácter que tuvo Nicaragua. Y yo quería comenzar diciéndote: consideramos un triunfo que estés aquí y valoramos mucho tu venida. Y nos gustaría comenzar por el final, porque yo quería tocar muchas cosas, sobre todo para la juventud que necesita conocer una Revolución, porque no conoce. Pero entonces necesita saber también cómo terminó esa Revolución y qué está haciendo Ortega ahora. Y tú has venido a defender una causa en la que estamos todos muy comprometidos aquí. Acá tenemos compañeros de la Cuarta Internacional también, en esta conversación. Yo también, miembro de la cuarta; y nos interesa mucho que empieces por el final. Es decir, empezar por el final es empezar por cómo terminó, qué conclusiones, qué denuncia concreta, así sea reiterativa, hay que hacer para que conozca el mundo todo sobre el papel de Ortega hoy en día en Nicaragua, por qué hay que sacarlo y qué hacemos nosotros en solidaridad. Y qué balance haces tú también de esta visita a Brasil. Ese sería el primer tema que yo quería tocar. Es el último, pero lo pongo al principio.

Mónica Baltodano: Bueno, muchas gracias por esta conversación, este recibimiento y todo el apoyo que he recibido de ustedes del PSOL (Partido Socialismo y Libertad) y de otras fuerzas de izquierda, del Comité de Solidaridad con Nicaragua, que está integrado también por nicaragüenses, principalmente, porque nos ha permitido recorrer distintos lugares y espacios políticos, sociales, hasta incluso encuentros con comunidades eclesiales de base, sacerdotes, etcétera, para contar que los nicaragüenses estamos sufriendo de nuevo hoy un régimen dictatorial. Que este régimen, lamentablemente, está presidido por alguien, por una figura que fue parte de la lucha contra una dictadura cruel de 40 años que fue la dictadura somozista. Y que este dictador, junto a su esposa, Rosario Murillo, intentan confundir – y de alguna manera lo consiguen – al mundo, haciéndoles creer que todo lo que está haciendo padecer al pueblo nicaragüense es parte de la segunda etapa de la Revolución, dicen ellos. Intentan hacer creer que es un régimen antiimperialista, que son un gobierno – incluso le ponen – cristiano, socialista y solidario. Intentan presentarse como parte de la izquierda y ahora, incluso, como parte de un nuevo realineamiento de dos bloques. Ellos hacen muchos énfasis en eso, sobre todo con las últimas acciones en relación a Rusia, China. Pero es la práctica lo que estamos viviendo es un proyecto que está centrado en el control del poder para la familia Ortega Murillo, para los allegados a Ortega Murillo, que se convirtieron en parte de las élites y de las oligarquías que tienen ahora dominado al país, siempre con un modelo fundamentalmente capitalista y marcadamente neoliberal. Entonces andamos explicando eso, por qué el nivel de represión que han tenido que implementar desde que llegaron al gobierno, una serie de represiones a los movimientos que fueron surgiendo para conseguir reivindicaciones salariales, para demandar derechos. Pero se exacerbó esta represión en el año 2018, cuando de alguna manera explotaron un montón de tensiones que habían estado contenidas por una represión que usaba mucho fuerzas de choque y estallaron en una sublevación que fue brutalmente reprimida con 355 muertos, dos mil heridos.

PF: Antes de ir para ese lado. La izquierda brasilera y muchos sectores en el mundo opinan, como tú dijiste, que Ortega sigue siendo un líder antiimperialista. Justifican todas esas herramientas de la libertad alrededor de la lucha antiimperialista, entre comillas. Hay algo incomprensible para abrir los ojos de los brasileros: la izquierda en Brasil fue categóricamente contra Bolsonaro. Y Bolsonaro intentó muchas de las cosas que hizo Ortega. Tienen un origen totalmente distinto porque Bolsonaro viene del ejército, y está apoyado en un ejército burgués contra el pueblo. Pero Ortega viene de otro origen, pero terminan: Ortega, Corte Suprema, enjuiciamiento; captura y después exilio de los presos políticos, los candidatos presidenciales; antiaborto, es decir, utiliza la iglesia con un objetivo anti aborto, aunque es contra, está persiguiendo católicos, está persiguiendo hermanas y padres católicos y obispos católicos. Entonces, cómo entender que, siendo de origen distinto, terminen en una cierta confluencia el régimen autoritario que viene de la izquierda con régimen autoritario que viene de la derecha.

MB: En el caso de Daniel Ortega, el proceso vivido después de 1990, que fue sacado del gobierno por la votación democrática que se abrió, él pasó un proceso en el cual fue acumulando recursos materiales y convirtiéndose él mismo, después de ser un líder revolucionario, convirtiéndose en un capitalista. Pero además, con el ingrediente de la obsesión del poder. Para mí es un ingrediente que lo fui captando. En primer lugar, buscando el control del partido Frente Sandinista y convirtiéndolo en lo que ahora es, que es un aparato cuya función principal es la vigilancia y el garantizar el control de los votos en cada proceso electoral, ya no un partido revolucionario como el que había creado Carlos Fonseca. Pero también, al convertir el propósito de su vida principal el poder por el poder mismo, no el poder para transformar o hacer cambio en la sociedad, él se alía en primer lugar con una parte de la jerarquía y asume banderas absolutamente conservadoras como la que he mencionado de los derechos de las mujeres, aplastar los derechos al aborto, incluso aunque esté en riesgo la vida de la madre, el aborto terapéutico. Pero después también hace una gran alianza con los banqueros, con el gran capital cuando llega al gobierno, y pasa todos los primeros 11 años de su gobierno en franca relación, prácticamente de convivencia y de alianza, favoreciendo no solo los intereses del capital nacional y principalmente del financiero, sino de los transnacionales. Y en ese proceso, él y toda su familia se van enriqueciendo de manera tal que llega a haber el poder como el mecanismo para garantizarse sus privilegios. Y por ello, entran también en una lógica utilitaria, me parece a mí, de las creencias religiosas y hacen, a pesar de que la Constitución dice que el Estado de Nicaragua es un Estado laico, es un Estado que termina siendo confesional, vinculado a la iglesia católica, hasta que la iglesia empieza a cuestionarlo. Entonces, ahora se hacen más bien de ideas evangélicas, se están respaldando de los evangélicos, y utilizando, que es una cosa muy importante, los medios de comunicación. Ellos aplastaron todos los medios de comunicación independientes y tienen una cadena de la televisión abierta que son propiedad de todos sus hijos. Todos los principales canales de televisión son utilizados para vaciar de contenido la información, para convertir las noticias en cosas banales, para reproducir ideas religiosas. Y todo eso, conociendo yo un poco más ahora lo que es el bolsonarismo, yo digo que en Nicaragua  el Bolsonaro es Daniel Ortega, pero nada más que con control absoluto de la Corte Suprema de Justicia, de los jueces, de los magistrados, control del ejército, es un ejército que fue creado por la revolución, y que ahora aparece totalmente como un ejército pretoriano, tal como fue la guardia de Somoza, una policía totalmente represora, que no tiene ningún escrúpulo para atacar incluso mujeres, niños, sacerdotes, etcétera, y tenéis un control del Consejo Supremo Electoral, que es el que le ha permitido hacer todos los fraudes, no solamente a nivel nacional para reelegirse, sino para controlar la asamblea, reformar la Constitución sin necesidad de hacer consenso con ninguna otra fuerza, y ahora controlar todas las alcaldías, las autoridades locales. Entonces es un gobierno que controla la totalidad de los espacios de Nicaragua con mano férrea y con mano militar.

PF: Volviendo al principio: ¿cómo fue la revolución y cómo te integraste al sandinismo tú? Porque me imagino que eras muy joven…

MB: Sí, yo me incorporé a los 15 años a mis primeras actividades políticas, ¿verdad? Marcha a favor de mujeres presas que habían sido abusadas en las cárceles, ¿verdad? Y yo estudiaba en un colegio religioso, y vengo de ahí de los grupos juveniles cristianos. Ese es, digamos mi primera militancia. Después yo ya no soy una persona religiosa, sino que ya comienzo a militar en el Frente Estudiantil Revolucionario en Universidad y paso a la clandestinidad en 1974. Ya iba a cumplir 20 años en ese entonces, y pasé 5 años en la clandestinidad, estuve un año presa, fui torturada por la seguridad de Somoza. Y cuando salgo de la cárcel paso a ser parte del Estado Mayor, que es integrado por las tres tendencias en las que se había dividido el frente, dirige la sublevación, la insurrección militar en Managua, y después, como estuvimos que replegarnos, hicimos un un repliegue estratégico debido a que la insurrección en las demás ciudades no avanzó lo suficientemente rápido.

PF: ¿Estás hablando del 79? ¿En el 1979 se replegaron o fue a fines de 1978?

MB: En el 1979 insurreccionamos una parte de Managua.

PF: ¿Fue cuando murió Chamorro?

MB: No, en el 78 muere Chamorro, y hay varias sublevaciones y después en septiembre hay insurrecciones en varias partes del país. Pero en 79 se empiezan a insurreccionar toda la las ciudades más importantes, y supuestamente Managua iba a ser la última para que la fuerzas avanzaran hacia Managua. Pero de alguna manera se adelanta la insurrección de Managua y cuando la guardia nos comienza a bombardear, tenemos que hacer un repliegue hacia una de las ciudades liberadas. Pero con la fuerza que llevábamos, que ya éramos 5000 con los combatientes populares, liberamos ciudades importantes como Jinotepe, los pueblos de Carazo y finalmente Granada. El 18 de julio nosotros estamos liberando Granada y el 19 regresamos de nuevo con toda la fuerza ya triunfante a Managua para participar el 20 de Julio en aquel fantástico acto masivo que recibió a la junta de gobierno que venía de Costa Rica.

PF: Y ahí, el sandinismo se instala y hace un gobierno de reconstrucción nacional. Sigue los pasos, en un momento, que siguió Fidel, que hizo el gobierno con Urrutia, con sectores demócraticos, cosa entendible en ese momento. ¿Por qué después no siguió el camino de Fidel?

MB: Bueno, para comenzar yo creo que había algunas diferencias que estaban planteadas desde un inicio en el planteamiento de que se iba a hacer un gobierno con pluralismo político, es decir que apostaba a la vía democrática, economía mixta, entendiendo que una parte de la economía que se manejaba por pequeña: campesinado, artesano no se iba a tocar. Era muy importante para colocar una diferencia respecto a otros procesos. Y el no alineamiento: no aspirábamos a alinearnos a ninguno de los bloques.

PF: Un país independiente. Una conquista muy grande.

MB: La verdad es que no se pudo avanzar ni siquiera en esta dirección debido a que rápidamente fuimos agredidos. Porque Reagan llega al gobierno como parte de un de un proyecto de recuperación de hegemonía a nivel mundial y decide, desde su campaña, que va a aniquilar la Revolución Sandinista. Y de inmediato inicia un reagrupamiento de los guardias somozistas que habían salido del país, y además logra, por errores de la misma Revolución, captar a parte importante del campesinado e incorporarlo en el ejército contra revolucionario, pues llegó a ser más grande que el ejército de Somoza. Fue una guerra muy dura.

PF: ¿Fueron 17.000?

MB: 17.000. Fue una guerra muy desigual.

PF: Desde Honduras, ¿no? Apoyados logísticamente desde Honduras.

MB: Exacto. También hubo su frente sur, ¿verdad? Porque también Edén Pastora defecciona de la Revolución y funda un grupo que actuaba por el sur. Y además también, por ciertos errores de la Revolución, logran armar también una fuerza importante en el norte de la parte Caribe nicaragüense, que nos confronta con las comunidades indígenas del Caribe, los Mískitus, y eso también pues tuvo su efecto, debilitó muchísimo una parte de nuestro planteamiento. Entonces, yo creo que no avanzó por la vía de Cuba porque no era ese el planteamiento; queríamos hacer un modelo que fuese más atractivo para, desde el punto de vista cultural y desde el punto de vista de las tradiciones, con latinoamérica. Y, de alguna manera, creo yo que queríamos hacer las cosas un poco diferente. Y yo creo que eso tampoco le gustó mucho a Reagan. Porque precisamente, esas características lo hacían como más potable para muchos sectores latinoamericanos que estaban buscando también un cambio, otros lugares que habían guerrillas también, como El Salvador, Guatemala. Eso le dio ánimo a esos movimientos guerrilleros y lo llevó a colocar casi en una posición de victoria, con apoyo también de la Revolución Nicaragüense.

PF: Ahí está. Yo creo que cuando tú hablas de algunos errores, yo creo que el error… visto desde ahora, ¿no? En ese momento, nosotros impulsábamos más una política de confrontación total y abierta. Pero visto desde ahora, evidentemente que no se hizo la reforma agraria a tiempo, para mí. Y la reforma agraria dio pie a la entrada de los contra. Porque si se hubiera hecho la reforma agraria, los contra no entran tan fácilmente como entraron y penetraron en el país. ¿Cómo vivimos los latinoamericanos? Nicaragua independiente, una conquista, sí. Pero una conquista parcial. Porque no dió el nocaut, digamos, al imperialismo, como le dio Cuba. Y veíamos una Centroamérica efervescente, que había condiciones para seguir para adelante en El Salvador y en Guatemala, cosa que no se hizo, lamentablemente. O se hizo tardíamente. El frente Farabundo Martí intentó su última ofensiva cuando ya había pasado un poco el momento clave de la Revolución salvadoreña. Entonces, ahí entran las colocaciones que nos planteamos los socialistas, de la que es posible o no posible. Y a veces, lo que es posible es más de lo que pensamos, es decir, es mucho más posible avanzar, que después tener que retroceder y terminar como terminó ahora la revolución. Ese me planteo, mi opinión. Evidentemente que nosotros fuimos, a pesar de errores del sandinismo, todos apoyamos e hicimos un movimiento de solidaridad contra los contras muy grande. Pero eso quedó aislado en un momento en que Reagan se hizo fuerte, que fue a partir del 81 o 82. Pero la revolución empezó en el 79, en junio. Y hubo un tiempo, ese tiempo de Carter nos permitió, en la Argentina, armar una resistencia democrática importante también. Bueno, pero estas son cuestiones para debatir y seguir debatiendo, en el marco que ahora lo más importante es apoyar la lucha que ustedes están librando. Es decir, en eso somos incondicionales. Y en eso, la cuarta internacional es incondicional, porque entendemos que es un régimen totalitario. Lo que no entienden otras corrientes de izquierda; confunden los campos, creen que en el mundo hay dos campos: uno positivo que es Rusia y China y otro negativo que es Estados Unidos. Y se están peleando entre ellos, pero contra los trabajadores y los pueblos de todo el mundo, que es lo que tenemos que enfrentar. Entonces, yo quería seguir preguntando, qué hacer ahora y cómo ves, de ahora en más, la posibilidades de derrota de Daniel Ortega; cómo lo ves al régimen, cómo puede caer ese régimen, y cómo nosotros podemos colaborar para que caiga.

MB: Creo que es importante explicar que, con la revolución, se destruyeron todos los aparatos que habían sostenido a la dictadura. Se creó un nuevo ejército, se creó una nueva policía. Como la revolución había escogido el camino democrático, pero además, la guerra, presionó a adelantar las elecciones que se realizaron en 1990. Hubo un acuerdo que se llamó Esquipulas; Esquipulas I, Esquipulas II, finalmente, pues, hay elecciones en febrero de 1990. Lo que tenemos que estar claro es que en ese transcurso entre 90 y el 2006, que Daniel Ortega gana las elecciones con el 38% y asume a partir de enero del 2007, transcurrieron una serie de situaciones y eventos que tal vez no podemos exponer por cuestiones de tiempo, pero que hacen que el Daniel Ortega que llega en 2006 ya no sea el que la gente tiene en su memoria como alguien que fue parte de aquella lucha. Nunca fue el gran líder de la Revolución como algunos creen ahora, porque él se ha construido un relato de su vida que no es cierto. Pero sí fue parte de una conducción colegiada que funcionó como la máxima autoridad en el país durante todos esos años de la Revolución. Sin embargo, desde que llega al gobierno, hace un proyecto que dista muchísimo de ser un proyecto revolucionario, pero que él lo encubre con una retórica antiimperialista y una retórica anticapitalista. Pero el gobierno es absolutamente capitalista y neoliberal, y nada de antiimperialista. Todo lo contrario: sigue las pautas fundamentales que le interesan, en este caso, al imperialismo norteamericano, porque recordemos que no hay un solo imperialismo. Ahora, el imperialismo se ve muchísimo más expresado en los intereses de las grandes transnacionales, que pueden estar localizadas en cualquier parte del mundo. E incluso, pues, empresas transnacionales europeas, canadiense, etcétera. O sea, el análisis del imperialismo hay que hacerlo a la luz de las nuevas condiciones y de la nueva realidad que impone el mundo en su fase de globalización. Pero bien, Ortega hace lo primero que le interesa al imperialismo, que es el Libre Mercado: absoluta libertad de mercado con ventaja para las grandes empresas y para el capital financiero. En relación a los Estados Unidos, sigue la política migratoria más cerrada que se puede haber encontrado en todo Centroamérica. En Nicaragua estaba el muro que Trump quería para impedir la migración del sur al norte. Y también, políticas de seguridad nacional encubiertas con persecución al crimen organizado, a la narcoactividad, Nicaragua estaba perfectamente bien para los Estados Unidos. Y además, con una estabilidad forzada por el acuerdo con el gran capital, que le daba una gran estabilidad a las inversiones pesqueras, madereras… porque Nicaragua sigue siendo un productor, un país cuya mayoría de su producción está en los productos primarios, ¿verdad? Entonces, con ese proyecto, Ortega se afianza para reelegirse inconstitucionalmente, la primera vez, y la segunda vez, ya por fraude. Porque en ese tránsito, él va controlando todos los poderes. Y llegamos al 2018 con un Daniel Ortega decidido a mantenerse en el poder, que siente por primera vez la presión popular, ¿verdad? Globalmente, em toda Nicaragua, porque ya había habido por primera vez un movimiento campesino independiente. Uno de los rasgos del orteguismo ha sido el control de las organizaciones populares, impedir su autonomía por medio de la cooptación del liderazgo, de la compra de los líderes, la reelección de los mismos. Entonces, el movimiento campesino contra la concesión canalera que él otorga en el 2013, que es la concesión más onerosa que yo haya conocido, tanto en la historia de Nicaragua como en el resto de latinoamérica.

PF: Pero, ¿se va a hacer el canal?

MB: La concesión ahí está. El asunto es que tiene que tener $50,000 millones de inversión. Pero, la concesión es tan abierta y es tan entreguista, que permite la realización de lo que se llama proyectos complementarios, que pueden ser puertos de aguas profundas, zonas de libre comercio, empresas maquileras, explotaciones mineras, todo puede ser argumentado como parte de la concesión central, porque quedó completamente abierta. Entonces, ya se está hablando… se han hecho algunas cosas, como una carretera que conectó a Bluefields, pasando por las comunidades indígenas sin haber llenado todos los trámites que establece la ley, que debe haber consulta previa, informada, decisión de los pueblos indígenas. Pero el asunto es que, bajo ese modelo, Ortega comienza a reprimir, y a partir del 2018 ha llevado la represión a unos límites absolutamente inaceptables. Y esta violación de los Derechos Humanos, que ha sido documentada por la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos) y por Paulo Abrão, que estaba ahí al frente de la CIDH, con un cuerpo de investigadores, que determinaron que se habían cometido crímenes de lesa humanidad. Esta represión, que ha sido documentada por otro grupo de expertos, que hizo su trabajo hace un año, que se acaba de presentar en el consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, también ratificó que Daniel Ortega y Rosario Murillo dieron las órdenes para que se cometieran esos crímenes de lesa humanidad. Esa represión ha llegado hasta el punto que, recientemente, 317 nicaragüenses hemos sido despojados de nuestra nacionalidad, hemos sido confiscado en todos nuestros bienes, hemos sido despojados de nuestras pensiones de jubilación, de nuestros registros en el estado civil de las personas, de nuestros pasaportes, desterrados con el propósito casi de aniquilarnos materialmente. Para garantizar el control y para que, en eventuales procesos electorales, realmente no exista nada más que la candidatura eterna de Daniel Ortega o, en su defecto, porque él es una persona que se puede morir, heredarla, ya sea a su mujer o a sus hijos. Eso es lo que está montado en Nicaragua de una forma absolutamente cerrada, que hace que la oposición al régimen haya tenido prácticamente que salir toda del país, y todos nos encontramos en el exilio. Pues, verdad, yo en mi caso estoy en Costa Rica. Pero hay gente en México y en otras partes del mundo.

PF: Y, dime una cosa: para vos, el 2018, abril, ¿fue una rebelión democrática popular, una Revolución democrático popular? ¿O como dicen algunos sectores de izquierda, manipulada por Estados Unidos?

MB: Lo que dice Daniel Ortega es que fue un intento de golpe de estado. Pero cómo puede ser intento de golpe de estado cuando él usó al ejército y a la policía para la represión. Al ejército con más discreción, pero todo el mundo – son de las cosas que tienen que investigarse – sabe de que se usaron francotiradores para disparar a la cabeza de los manifestantes. Entonces, hay un relato que él tuvo que construir una vez que, asesinados los primeros manifestantes, estábamos a punto de conmemorar esa rebelión. El día 17 hay una marcha, reprimen a los ancianos porque era una marcha porque estábamos en contra de la Reforma de la Seguridad Social, que bajaba la pensión a los jubilados, entonces los primeros que se movilizan son ancianos. Los ancianos son vapuleados, les rajan la cabeza. Entonces, al día siguiente, los estudiantes se toman las universidades y hay tres muertos. Como al día siguiente se incrementan los levantamientos, ese día hay 20 muertos. Y entonces, ocurre que la gente se levanta en las ciudades y hace barricadas. Son los muertos los que provocan una revuelta de carácter nacional, lo primero eran unas pequeñas marchas, que al ser reprimidas provocaron la indignación popular, que fue una indignación autoconvocada, porque a esas alturas, ningún partido tenía ninguna fuerza; las organizaciones estaban aplastadas, el único que había logrado sobrevivir es el movimiento campesino contra el canal interoceánico. Las revueltas territoriales fueron autoconvocadas. Cada quien tenía su propia jefatura. No hubo ningún vínculo entre ellas, de manera que eso explica que esa sublevación, a pesar de que logró el control territorial casi durante 30 días, no haya podido triunfar. ¿Por qué? Porque no tenía liderazgo, no tenía jefatura…

PF: Pasó lo que pasó en muchos lados…

MB: Sí, Lo que te quiero decir es que es totalmente absurdo que los Estados Unidos, que a la vez hasta ese momento habían tenido la mejor relación y yo digo que todavía tienen buena relación, porque el comercio principal de Nicaragua es hacia los Estados Unidos. El tratado de libre comercio que Ortega aprobó con los votos del frente sandinista es de primera, funciona perfectamente. Las inversiones de las transnacionales norteamericanas siguen llegando allá, las votaciones del Fondo Monetario Internacional sobre Nicaragua son de las mejores notas, y Nicaragua se presenta ante el mundo liderado por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial de la mejor manera. Entonces, es todo un relato que él utiliza para encubrir su accionar represivo contra movilizaciones populares que se enfrentan a sus políticas, que son políticas contra el pueblo, contra la gente y, en general, políticas de cualquier régimen opresor, ¿verdad? Entonces, él encubre eso con ese relato y, lamentablemente, una parte de la izquierda, porque quiero decir que inmediatamente después de la sublevación, hubo un un movimiento de intelectuales, de profesionales, de líderes de las izquierdas, que se pronunciaron en contra de la represión. Fue el Foro de San Pablo, de los partidos que forman parte del Foro de San Pablo que le dió inmediatamente respaldo, oxígeno. Y eso crea confusiones en la juventud en Nicaragua, porque dicen: bueno, Daniel se dice de izquierda, él se dice antiimperialista, okay. Él podría autocalificarse así, pero si las izquierdas o una parte de las izquierdas no le dieran su respaldo, confundiría menos. Por eso, ahora hemos avanzado gracias a las declaraciones de Petro, de Boris, de los partidos que se han pronunciado, el Partido, por ejemplo, Socialista Brasilero hizo un pronunciamiento, el Frente Amplio del Uruguay ya se pronunció, gente como el expresidente del Uruguay, Pepe Mujica, ha sido bien claro, y además ahora gobiernos como el de México, ha ofrecido nacionalidad. O sea, ha ido modificándose la solidaridad. Ahora hay más solidaridad de una parte de la izquierda. Falta todavía.

PF: ¿Acá abrimos una brecha grande con tu venida?

MB: Sí, porque el pueblo nicaragüense hoy más que nunca necesita solidaridad. Está pasando situaciones gravísimas desde el punto de vista económico social. Ortega maneja el país con mano de hierro y hay que denunciar que eso no es ni izquierda, pero aunque lo fuera, es un gobierno que violenta los derechos humanos. Y el autoritarismo y la violación de los Derechos Humanos debe de ser condenada sin duda alguna, sin distingos de carácter ideológico. Yo creo que la humanidad ha avanzado en materia de Derechos Humanos, en su declaraciones, en sus acuerdos, que no debería dar lugar a duda que temas como el respeto irrestricto de las libertades no puede estar sometido a subordinaciones o a simpatía de carácter político e ideológico. Rosa Luxemburgo lo dijo bien claro: sin libertad, ninguna de las otras cosas o de las otras luchas tiene sentido. Además, que sin libertad, no podemos luchar por las otras banderas: las banderas de las mujeres, las banderas de la diversidad sexual, las banderas de los derechos de la naturaleza y del medio ambiente, la bandera de la justicia social.

PF: Y yo agrego del socialismo también. No puede haber socialismo sin democracia.

MB: Y la bandera del socialismo. Ninguna de esas banderas se puede realizar si no hay espacio de lucha. Y nosotros, incluso, fijate Pedro, durante el somozismo, tomábamos las iglesias, teníamos autonomía universitaria, luchamos como estudiantes porque habían mínimos resquicios. Ortega ha cerrado esos resquicios de manera más brutal que la misma dictadura de Somoza.

PF: Mónica, ¿cómo termina Ortega? ¿Cuáles son las vías para terminar con Ortega?

MB: Mira, hay todo un debate en Nicaragua y entre los nicaragüenses, y en las distintas fuerzas, porque hemos planteado a lo largo de estos cinco años distintas vías, ¿verdad? Hay algunos que plantean: no vamos a tener nunca posibilidades de elecciones libres y democráticas si Ortega y la Rosario están en el poder. Y entonces, algunos dicen: tienen que renunciar y solo lo van a hacer a partir de que se puedan crear las condiciones para que confluya presión internacional – que siempre ha sido muy importante y la fue también durante la dictadura de somoza – con una presión organizada a nivel nacional, que en las actuales circunstancias pasa por organizarse casi de forma clandestina, y de forma clandestina con células de trabajo. No es lucha armada, porque para todo el mundo está clarísimo que tiene que ser lucha cívica, no violenta. Pero no quiere decir que las formas organizativas que sirvieron en el pasado para enfrentar la dictadura, no sean ahora útiles; y que, en un determinado momento, esa organización permita que nuevas sublevaciones o nuevos levantamientos tengan una mayor eficacia. Ese es un camino. Otros plantean obligar a Ortega a sentarse en una mesa de negociaciones, como se obligó en aquel tiempo con Esquipulas, ¿verdad? Que estábamos confrontados con las armas y, sin embargo, se pudo hacer un diálogo, adelantar las elecciones, no esperar hasta 2026, y que se garantice condiciones con un Consejo Supremo Electoral recompuesto, reconfigurado y con elecciones libres, transparentes y observadas. Y otros plantean un camino que algunos rechazamos, de hecho lo ha planteado el hermano de Daniel Ortega, Humberto Ortega, que fue otro de los líderes de la Revolución, que dice casi que debemos de esperar hasta el 2026. Pero no dice que si, para entonces, debería de haber un juego planteado, reglas del juego democrático realmente creíbles. Entonces, por ahí es que se mueven las distintas alternativas. Pero todas ellas pasan por una mayor coherencia entre las fuerzas que nos oponemos a esta dictadura, pero también en una mayor coherencia entre lo que yo llamo los parecidos, ¿verdad? Yo propongo juntar a la fuerza de izquierda, que las fuerzas de derechas si ellas quieren que se junten, y crear espacios de organización y de resistencia mucho más activos que las que ahora tenemos; y que ambos polos, por así decirlo, seamos capaces de construir puentes antidictatoriales, que son comunes, porque para salir de la dictadura, vamos a tener que tender puentes y crear frentes de lucha común, como hicimos en la dictadura, contra la dictadura de Somoza, o como se ha hecho para enfrentar otras dictaduras, siempre se necesita un cierto proceso de unidad nacional. Y fue la misma experiencia que está escrita, pues, la historia del fin de la dictadura somozista.

PF: Unidad amplia de acción y alternativa de izquierda.

MB: …y alternativa de izquierda.

PF: Muy bien. En eso vamos a contribuir todo lo que podamos; y en la solidaridad internacional, estamos firmes, estamos juntos.

MB: Muchas gracias.


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