Nota sobre la Marcha Federal Argentina
Directo desde Buenos Aires, una reflexión sobre la reciente marcha argentina.
En medio del ir y venir de Buenos Aires, en los cuatro rincones de la ciudad de la furia, es imposible tomar un colectivo, sentarse en un bar o ir a una lotería a pagar las cuentas sin escuchar conversaciones sobre las vacas flacas que pastan en estas pampas. Además de los paisajes llanos, la crisis económica también azota el norte, noreste, oeste y sur argentino. El país tiene prácticamente el 55% de su población viviendo en la pobreza, la inflación más alta de los últimos 20 años, planes de asistencia social limitados y desempleo.
¿Qué pasa con el gobierno progresista de Alberto Fernandez y Cristina Kirchner? Pues bien, el gobierno que salió prometiendo el regreso de los tradicionales asados y el fin de la era de crisis impulsada por Macri y su pandilla, hoy no puede garantizar la polenta en el plato de los trabajadores y prefiere hacer acuerdos con el Fondo Monetario Internacional para pagar una deuda ilegítima y seguir propagando el ajuste fiscal. Además de la crisis económica, la cumbre del Gobierno nacional lleva dos meses sin hablar, pero La Cámpora y otras organizaciones kirchneristas no tienen en el horizonte una ruptura con Alberto Fernandes y su equipo económico. Tampoco pretenden movilizarse contra el acuerdo con el FMI y el consiguiente ajuste económico.
Este escenario lleva al pueblo argentino a rezar de rodillas a la Virgen de Luján, encender velas por el Gauchito Gil y apostar por la lucha popular como medio de transformación de la realidad. En esta perspectiva, los trabajadores argentinos se organizaron a través del movimiento piquetero para realizar una ‘marcha federal’ y recorrieron todo el país en un acto de 3 días que finalizó en la ciudad de Buenos Aires.
Gritando por trabajo genuino, contra la pobreza y el hambre, la primera jornada de la ‘marcha federal’ estuvo marcada por actos en Formosa, Santa Fe, Corrientes y ciudades de la provincia de Misiones. Además de las manifestaciones, se formaron 4 caravanas que partieron de La Quiaca, Chaco/Corrientes, San Juan/Mendoza y Patagonia hacia Plaza de Mayo. Durante la segunda jornada se produjeron hechos en Córdoba, Rosario, Bahía Blanca y Mar del Plata y partieron más micros de estas ciudades rumbo a la capital federal argentina. El tercer y último día se caracterizó por la confluencia de las caravanas y la adhesión de trabajadores porteños y bonaerenses a la ‘marcha federal’. El resultado fue una manifestación de aproximadamente 150.000 personas que partiendo de Retiro, Onze y Constitución bloquearon las principales avenidas de Buenos Aires y marcharon hasta la Casa Rosada.
Es importante resaltar el protagonismo de los movimientos sociales y partidos políticos de la izquierda argentina que construyen el movimiento piquetero, las organizaciones territoriales y los diversos centros de cultura, trabajo y educación en los barrios y villas más pobres del país. Además, es fundamental racializar la ‘marcha federal’, compuesta por una diversidad étnico-racial que pone en jaque el mito colonial argentino –reproducido recientemente por Alberto Fernandes– de que todos son blancos y descendientes de europeos. Lo que se podía ver en las calles era la presencia masiva de negros, pardos e indígenas peleando por comida en sus platos y enarbolando banderas plurinacionales como la Whiphala y la mapuche.
Si Alberto Fernandez y Cristina Kirchner se presentaron como mesías salvadores durante la campaña de 2019, hoy la realidad en Argentina es la de un país ahogado en crisis, con alta inflación, bajos salarios, pésimas condiciones laborales, desempleo y hambre. Además, hay caducidad de los planes de asistencia social que ya no cubren la canasta básica de alimentos y es difícil obtener nuevos planes. El movimiento piquetero recorrió el país para decir que la pobreza y el hambre no serán parte de la cotidianidad de los argentinos y que ante los falsos profetas la respuesta es la lucha colectiva de los trabajadores. La ‘marcha federal’ fue un acto histórico y valiente. Debe servir de inspiración para los luchadores de toda América Latina y para el avance de las movilizaciones en Argentina.