Frente a la victoria del reaccionario Milei
Nota del Secretariado Nacional de MES-PSOL sobre las elecciones argentinas
Anoche, 19 de noviembre de 2023, Javier Milei fue elegido nuevo presidente de Argentina. Su victoria electoral fue seguida con expectación por millones de personas, especialmente en Brasil, debido a las relaciones históricas y sociales con nuestros vecinos.
Fue una victoria celebrada por la extrema derecha, haciéndose eco en todo el mundo de la cantilena que alimenta a los sectores más reaccionarios y canallas que conocemos. Los brasileños, que soportamos cuatro años de desgobierno del genocida Bolsonaro, entendemos la angustia y la aprensión por los resultados.
Milei es la expresión argentina de un fenómeno global articulado por los sectores de extrema derecha y neofascistas que compiten electoral y culturalmente como una corriente de masas; a la cabeza de este proceso están Trump y Netanyahu, quien actualmente promueve la limpieza étnica en Gaza.
Milei y su vicepresidenta, Victoria Villarruel (negadora de los caídos durante la dictadura militar) se proponen imponer un plan ultraliberal en Argentina, liquidando conquistas, privatizando bienes nacionales, derogando libertades democráticas y aumentando los niveles de explotación laboral. Su plan no es otro que éste, una línea de barbarie antipopular. Un gobierno reaccionario.
Sin embargo, la victoria de este siniestro personaje no puede explicarse sin comprender el fracaso de los gobiernos peronistas. El ajuste y la explosión de la pobreza fueron las señas de identidad del gobierno de Alberto, que tuvo a Massa como “superministro” de Economía. Su carácter sumiso a los planes del FMI le granjeó el odio de millones de personas. Milei surgió de esta experiencia y del fracaso de la izquierda a la hora de presentarse como alternativa. Además, la victoria de Milei sólo fue posible a través de una alianza con Macri y Bulrich, la misma casta que denunció hace unos meses.
Ante tantas incertidumbres, lo único seguro es que aumentará la conflictividad social por la necesidad de Milei de imponer sus reformas; un gobierno que probablemente será minoritario en el Parlamento y que asumirá ante una espiral de crisis: económica, monetaria, inflacionaria y bancaria.
La historia de lucha del pueblo argentino también será determinante. La derrota de la dictadura militar fue un proceso profundo, probablemente el más profundo de América Latina, que sentó en el banquillo de los acusados a generales y torturadores, lo que explica la menor participación de los militares en la vida civil en comparación con Brasil, por ejemplo.
Nuestra corriente tiene estrechos vínculos con la lucha del pueblo argentino, actuando solidariamente y reuniendo los principales procesos, tanto recientes como históricos. Estuvimos con una delegación siguiendo el proceso electoral del domingo; señalamos una posición favorable al voto crítico en Massa, tras el resultado de la primera vuelta, y estaremos atentos y solidarios con los movimientos sociales y populares que seguirán luchando.
La izquierda argentina tiene peso y responsabilidad. Deberá salir de la línea a veces sectaria y demarcatoria que ha llevado incluso a sectores de la FITU a una posición tímida y abstencionista de cara a la segunda vuelta. Por otro lado, tiene una fuerte historia de combatividad, siendo una de las más feroces del continente.
No es el momento de exasperarse, sino de seguir el consejo del filósofo Spinoza: “Ni reír ni llorar: comprender”. Para ello, debemos aprender las lecciones de lo sucedido, enfrentar a la ultraderecha transversalmente, apoyar a los movimientos sociales argentinos y apostar a que las luchas que tuvimos contra Bolsonaro en Brasil serán pequeñas comparadas con lo que nos espera en Argentina.
Secretariado Nacional del MES/PSOL